Desconozco por qué, pero la música es una parte importante en el estudio. Yo mismo me he visto con audífonos cuando intento aprender alguna cosa nueva. No es para generalizar, pero hay una parte importante de gente que escucha música durante sus estudios. ¿Por qué escuchamos música en estas situaciones? ¿Qué se experimenta con la música cuando se estudia? ¿Cuál es la estructura de esta experiencia? ¿Qué relevancia tiene para nuestra formación?

Nos proponemos un ejercicio práctico de investigación con un pequeño caso sobre la experiencia musical en el estudio. Elaboraré libremente una idea usando dos artículos: uno de Silver (2011) sobre la dimensión sensitiva/emotiva de la acción; y otro de Lembo y Martin (2022) sobre la estructura cultural de la experiencia usando un caso de la música.

Usaré dos supuestos:

Primero: la sensibilidad y emotividad es clave para la formación del hábitus académico (como estudiante, docente, investigador, etcétera). La formación de este habitus no solo requiere de prácticas intelectuales (lecturas, ejercicios, repaso, etcétera), sino también otro tipo de elementos sensitivos (auditivos, táctiles, visuales, espaciales, afectivos, etcétera) que no son académicos en su estricto sentido.

Segundo: la música es uno de aquellos elementos sensitivos claves en la formación académica. Para ser más específicos, diremos que los estudiantes consumen bastante música al momento de estudiar porque enriquece su formación de alguna manera.

No son tan difíciles de aceptar supongo. Podemos teorizar la idea de la siguiente manera (ver la Fig 1). La formación del habitus académico se divide en aquellas situaciones sociales que requieren de horas de trabajo invertido para aumentar el capital intelectual; y en aquellos condicionantes sensibles para el estudio. Nadie olvida el tiempo de estudio con guías, leyendo, gráficos, resúmenes, esquemas, etcétera. Este tipo de situaciones sociales de intelectualidad, exigen e invocan una dimensión sensitiva de la agencia; y a su vez, esta dimensión permite construir hábitos académicos. En el fondo, la sensibilidad permite enriquecer la práctica de estudio, mientras que el estudio presenta una serie de problemas sobre la animosidad y sensibilidad.

Fig 1. Formación del habitus académico

En este pequeño ejercicio, pondremos atención a la parte de la sensibilidad. Indagaremos cómo se estructura, sus formas principales, y la manera en que tienen un impacto en la formación del habitus académico.

Método

La investigación tuvo dos fases. Ambas con estudiantes. La primera, se aplicó un cuestionario (N = 20) con preguntas sobre gustos musicales y pregunta abierta sobre la experiencia de la música en el estudio. Se realizó posteriormente, además de otros, un análisis de contenido sobre la experiencia musical. La idea con esto era obtener los atributos generales de la experiencia.

En una segunda fase, se aplicó otro cuestionario (N = 47) sobre los atributos de la experiencia musical durante el estudio. Entre otros, realizamos dos análisis: escalamiento multidimensional (k = 3) y de agrupamiento jerárquico con enlace completo (k = 4).

Resultados y discusión

En general, como señalabamos, la música en el estudio enriquece la experiencia (o tortura) del estudio. En algunos casos, logra entregar tranquilidad y concentración, mientras que en otros, una motivación o energía (ver Fig. 2).

Fig 2. Estructura de la experiencia musical

De manera más específica, encontramos que la experiencia de la música en el estudio tiene tres dimensiones que identificamos de la siguiente manera:

  1. Intensidad: el nivel de profundidad de un elemento para la acción (se lee al revés, 0 más y 6 menos).
  2. Practicidad: la forma de incitar la realización del estudio.
  3. Potencialidad: el nivel de actividad que provoca.

Las tres dimensiones de la experiencia permite simplificar o reducir una amplia variedad de formas de sentir. En nuestro caso, encontramos cuatro formas elementales de la experiencia:

Forma Elemental Potencialidad Practicidad Intensidad
A. Tranquilidad, concentración - +/- -
B. Inspiración, orden, enfoque, relajación, alegría, amenidad +/- - -
C. Actividad, energía, positividad + +/- -
D. Motivación + + +

La forma D. es la que más prospera en todas las dimensiones de la experiencia. La motivación es una propiedad prototípica de la experiencia porque es intensa, potente y práctica. Es la más reconocida como lo que sienten al escuchar música en el estudio. Por otro lado, la tranquilidad, elemento de la forma A., no tiene potencialidad ni intensidad, pero se activa cuando se busca control en los momentos de crisis (episodios de estrés, por ejemplo).

En todas las formas, el habitus académico necesita de sus elementos sensitivos para la incorporación efectiva de elementos intelectuales y prácticos de la disciplina, profesión, investigación, etcétera.

Conclusión

El habitus académico no solo es intelectualidad, sino también sensibilidad en algún sentido. Nos propusimos explorar la estructura (¿cultural?) de la experiencia musical en momentos de estudio. En nuestro pequeño caso de ejemplo, encontramos que la experiencia tiene una estructura tridimensional con cuatro formas elementales. La música la escuchamos para sobrellevar la situación social problemática de estudiar. En efecto, se requiere de una disposición en el estudio que la música facilita: sea en un grado menor con tranquilidad o en un grado mayor con motivación. La experiencia es amplia y tiene su estructura: a veces dispone de orden, enfoque y amenidad, y en otros, energía y actividad. En cualquier caso, no debemos ignorar esta dimensión que puede pasar desapercibida, pero que es fundamental en nuestra formación académica.

Le agradezco a Catalina O. por la posibilidad de este pequeño ejercicio práctico.